Es tiempo de vacaciones

Es tiempo de vacaciones, de disfrute, de desconexión y también de mucha, mucha prudencia. Por eso, en ReTrazos tenemos nuevos objetivos.

Desde aquel mes de junio de 1936 en el que el presidente francés Léon Blum decretó dos semanas de vacaciones pagadas para todos los franceses, las vacaciones siempre han sido uno de los momento más esperados y deseados del año para poder disfrutar de ese merecido descanso, descubrir nuevos horizontes, nuevas lecturas, hacer ejercicio… En definitiva, dedicarnos a lo que más nos gusta, a lo que más nos apasiona.

En aquel año, muchos franceses del interior vieron por primera vez en sus vidas el mar, pisaron la arena de las playas, viajando en bicicleta, para disfrutar de un derecho que se ha venido ampliando a lo largo de los años para convertirse en una necesidad y desarrollar un sector económico de vital importancia, como el del turismo.

Este año nos enfrentamos a unas extrañas vacaciones porque, de muy deseadas por las condiciones del confinamiento, han pasado a ser muy dudosas y rodeadas de incertidumbre por la cantidad de incógnitas que nos reservan.

De las lecturas aconsejadas, esos libros que, aprovechando el tiempo de ocio, devoramos con avidez o esas excursiones y visitas a lugares con encanto, el disfrute de chiringuitos de playa, terrazas y restaurantes hasta los viajes, hoy todo está bajo la deriva de la Covid-19, que desafortunadamente marcará nuestros comportamientos poniendo freno a nuestras emociones.

Ya hemos decidido nuestro lugar de destino, seguramente en España, y pronto nos pondremos de camino, si es que aún no lo hemos hecho, pertrechados de mascarillas, gel hidroalcohólico y con esa distancia de seguridad grabada en la memoria en nuestra relación con los demás. 

Y es en estas vacaciones donde pondremos a prueba nuestra capacidad de resiliencia, enfrentándonos a las personas que no llevan mascarilla o las que la llevan mal puesta, y a las que no respetan normas ni distancias, siendo inevitable que este tipo de comportamientos irresponsables choquen con la incomodidad que conlleva nuestra responsabilidad.

Tendremos que afrontar la realidad de esa diferencia generacional, la de una juventud ajena a toda preocupación, siempre dispuesta al disfrute, a la transgresión de normas y principios, precisamente por el carácter de inmortalidad que va asociado a ese periodo de nuestras vidas, y la de la precaución de los más mayores, que ven cómo nuestros derechos y nuestras emociones están contenidas, encorsetadas, soterradas.

Quizás la mejor manera de disfrutar estas vacaciones sea la de integrar que después de estas vendrán otras, en las que podremos olvidar todo lo que hemos vivido en estos últimos tiempos, tratando de fijarnos en los aspectos más positivos y dejar de lado, por mucho que nos cueste, los negativos. Que sean lo más dulces posibles y no permitamos que nos las amarguen. Depende de nosotros.

Por eso, en ReTrazos tenemos nuevos objetivos.

El primero es un 50, para disfrutar de estas extrañas vacaciones que están a punto de comenzar o que ya han comenzado para muchos de vosotros. Un objetivo de corto alcance en el que las preguntas serán las justas para obtener informaciones prácticas y en el que las entrevistas serán simples y amenas charlas con amigos y familia.

El segundo, ya con un mayor alcance, un 85, es ir pensando en los ReTrazos que nos esperan a la vuelta, porque es un proyecto que, además de divertido, nos va permitiendo descubrir facetas muy personales de grandes profesionales, que nos van llenando de sabiduría, compartiendo generosamente sus experiencias.

El tercero es ya un gran angular, porque un proyecto como este, en el que la imagen va asociada a la palabra, abre siempre muchas posibilidades y permite un amplio abanico de recursos y posibilidades para incrementar nuestro campo de visión.