Un día y una oportunidad para celebrar la igualdad y la diversidad
En nuestro sector, el de la comunicación interna, solemos trabajar para fomentar el sentimiento de orgullo de pertenencia a una compañía, a partir de sus valores y de la puesta en relieve de sus políticas y procesos orientados a aliar el alcance de los objetivos de negocio con los de las personas.
El día 28 de junio se celebra a nivel mundial el día del Orgullo, para defender la igualdad de derechos del colectivo LGTBI+, un día y una celebración que una parte de la ciudadanía considera innecesaria y hasta excesiva, pero que pensamos que a pesar de los grandes avances que se han realizado en este terreno, aún queda mucho camino por recorrer, en nuestro país y en muchos otros.
En las empresas, se están potenciando planes que aborden la diversidad en todos sus aspectos, incluido el respeto y la no discriminación por orientación sexual. Y la teoría es una cosa, pero la práctica es muy distinta.
Siempre tengo presente el caso de el hijo de un buen amigo francés que, después de haber adoptado y pasado todos los trámites médicos y legales para adoptar su condición de hombre -que así es como se sentía-, tuvo que cambiar varias veces de empresa cuando sus compañeros de trabajo intuían que estaban ante una persona trans.
Casi siempre el acoso empezaba por bromas, comentarios de pasillo, alusiones de mal gusto, pero en un caso, unos compañeros que querían “hacer valer su hombría y desprecio” por las personas trans, llegaron a hostigarle en los servicios para que mostrase sus genitales. Una agresión en toda regla que merecía una denuncia ante la empresa y ante la justicia, pero que él no llevó a cabo, prefiriendo causar baja en la empresa antes de encontrarse en un ambiente hostil hacia su condición.
Quizás pensemos que la orientación sexual no es discriminatoria a la hora de integrarse en una empresa, pero aún hay sectores que ofrecen barreras, que no están escritas ni normalizadas en ningún documento, pero que son latentes y existen.
Las empresas que están desarrollando planes de diversidad en su sentido más amplio, incluido el de la no discriminación por orientación sexual, tienen muchas más oportunidades de conectar con el talento, porque este no entiende de fronteras así como con la sociedad, porque esta avanza y progresa mucho más rápido de lo que imaginamos.
En el campo de la comunicación, las palabras nunca son neutras y en algunas empresas hemos oído frases recurrentes como “aquí somos muy tolerantes”, como si la tolerancia fuese la condescendencia con la que actuamos hacia alguien más desfavorecido, más débil y que necesita nuestra protección.
Desde ese 28 de junio en el que surgieron las protestas y disturbios en reacción a la redada policial en el pub Stonewall Inn en Nueva York, se ha recorrido un largo camino hacia la igualdad de derechos y reconocimiento del colectivo LGTBI+, pero recordar que tenemos que seguir avanzando en este terreno tanto a nivel familiar, como empresarial y social, nunca está de más.
El día que más orgullosos deberíamos sentirnos debería ser el día que no se celebrase el día del Orgullo, por la no necesidad de reivindicar más derechos, por haber logrado esa igualdad.