MANUEL LABRADO
La experiencia te ayuda a ver las cosas con más perspectiva.
Nos conocimos hace bastante tiempo, cuando Manuel estaba en el Banco Santander, yo estaba empezando mi andadura profesional y tenía muchas ideas y pocos clientes. Sin embargo, Manuel ya llevaba un tiempo andando y era un importante cliente con grandes ideas.
Muchas pudimos llevarlas a cabo y otras se quedaron por el camino de la normalidad, pero todas las hemos abordado con la misma ilusión. Manuel siempre ha ido cambiando de empresas, de organizaciones, de países, pero siempre conservando amistades y afectos. Porque sabe ser conservador cuando hay que serlo e innovador cuando lo conservador necesita transformarse. Por eso en muchas ocasiones necesita salirse del marco.
Para ver su amplia trayectoria profesional podéis verlo en su LinkedIn, pero para conocer su faceta más personal solo tenéis que tener un poco más de curiosidad.
¿Desde el colegio siempre en la primera fila?
La verdad es que sí, me acuerdo en ingreso, en el Instituto San Isidro, se aplicaba el sistema de preguntar a un alumno y, si no lo sabía, se preguntaba al siguiente y, si la contestaba correctamente, se adelantaba un asiento. Así acabé yo en la primera fila el resto del curso.
¿Sacabas buenas notas o te hacías notar?
En general era buen estudiante, en segundo de bachiller me acuerdo que saque 4 matrículas y 3 sobresalientes, me junté con los empollones y en la carrera solo suspendí una asignatura en cuarto y la saqué con sobresaliente en septiembre, pero nunca fui delegado de curso, ni pertenecía a ninguna asociación, club o semejante. Siempre he sido muy independiente.
¿Eras más de panda o de pandilla?
De adolescente teníamos la pandilla de Miraflores, de hecho mi mujer y yo nos conocimos allí y llevamos 38 años casados. Lo gracioso es que después de 40 años hemos recuperado la relación con los miembros de la pandilla y nos vemos dos o tres veces al año todos juntos, es simpático o patético según se mire.
De tu paso por la Facultad, ¿Cuáles son las facultades que más has desarrollado?
Yo estudié Empresariales, lo que hoy se llama ADE, y creo que me ha dado una forma de pensar flexible y una concepción general de la empresa, que me ha sido útil. Estoy contento de haber estudiado esa carrera.
Tu primer trabajo
En mis tiempos había más oportunidades para los jóvenes, cuando acabé la carrera y después de hacer el IMEC del Ejército del Aire -que duraba 15 meses y como de alférez te pagaban bien-, podría considerarse mi primer empleo, pero yo no veo así. Al acabar la milicias me surgieron 3 oportunidades, auditor en Price&Waterhouse, consultor en Hay Management Consultants y gestor de cuentas en Young & Rubicam. Elegí en la que ganaba menos, P&W, porque me parecía más pegada a la carrera y fue una equivocación porque el trabajo no me iba en absoluto. Afortunadamente, Hay me volvió a ofrecer la oportunidad al año siguiente y ahí empezó mi larguísima andadura en Recursos Humanos.
Tu primer jefe
La verdad es que me es difícil contestar a esa pregunta, porque como empecé en auditoría y después en consultoría, no tenía un Jefe propiamente dicho, tenía supervisores de proyecto. Yo a veces digo en broma que siempre he sido Jefe, porque a los 27 años me hicieron responsable de abrir la oficina de Portugal de Hay y allí ya dependía directamente del Presidente de España y Portugal, y ese se podría considera mi primer Jefe realmente. Era un tipo muy hábil, yo era muy joven y sentía una gran admiración por él, era un gran psicólogo que utilizaba muy bien sus capacidades para utilizar a las personas, entre las que yo también me incluyo.
¿Se aprende a emprender o se nace emprendedor?
En mi caso yo creo que he sido emprendedor de forma natural, siempre quise tener mi empresa desde que estaba en la facultad. Me acuerdo que en la asignatura de Marketing nos hicieron hacer un trabajo en el que teníamos que inventar una empresa y ponerle una marca y yo inventé una empresa con su producto, su historia, su logo, su plan de marketing y el profesor no me lo quería aprobar porque me decía que lo había copiado de un caso real de una empresa y te juro que era todo inventado.
Y la verdad es que me he pasado mi carrera montando negocios. Con 27 años me encargaron abrir el negocio de Hay en Portugal, cuando volví de Portugal, con 30 años, me encargaron abrir La división de Sector Público en Hay, que era inexistente a la fecha y que llegó a representar el 75% del negocio en su momento álgido. Con 35 años instale Hewitt en España, con 37 años fui socio director general de la empresa de cosultoria de RRHH de Summa consulting y, finalmente, con 39 años, fundé mi empresa de consultoria de RRHH (RHC Recursos Humanos Consulting) como socio mayoritario y Director general, que vendí a Coopers & Lybrand con motivo de la indeclinable oferta que me hizo Banco Santander de incorporarme a su equipo como Director de Políticas corporativas de RRHH.
Finalmente, meses antes de trasladarme a Washington DC, fui socio promotor de la primera web de empleo que se montó en España y que vendimos a los 9 meses de su creación a una conocida empresa de consultoría española.
Has administrado bien tu carrera pero, ¿cómo se administra la Administración?
Ser un directivo en la Administración Publica, si quieres obtener resultados, es más difícil que en el sector privado. El sector privado está orientado a resultados, el gasto es en función del ingreso, mucho gasto está bien si tienes mucho ingreso, la carrera de las personas, su salario, su promoción y su empleo en gran parte dependen del directivo y, si pisas callos, pero tienes resultados, estás protegido.
En el sector público, ejecutas el gasto, gastar poco no da rédito, las personas son un recurso a tu disposición pero no influyes mucho en su empleo, su salario, su promoción y, si para obtener resultados creas enemistades, estos no te protegen. En síntesis, para obtener resultados tienes que utilizar mucho más la motivación que en el sector privado, ser prudente y tener mucha mano izquierda, y al final el resultado no te protege. Por otro lado, si eres conformista y prudente y haces lo que puedes, sobrevives mucho más fácilmente que en el sector privado.
Tu carrera profesional siempre ha estado enmarcada en grandes organizaciones.
Desde que nos conocimos, sí he estado en grandes corporaciones, pero en mi larga etapa de consultor, aunque siempre tuve de clientes a grandes empresas (Telefónica, Ensidesa, Renfe, BBVA, Bankinter, Ejército del Aire Portugués, Mº de Hacienda, Renault, Citroen, etc.), el tamaño de las empresas consultoras en las que trabajaba, aunque eran multinacionales en España, era pequeño. Por ejemplo, cuando entré en Hay, éramos solo 15 personas en dos oficinas, en Hewitt, fui el primer empleado y en mi empresa éramos un grupo pequeño. Pasar de una pequeña empresa de consultoría al Banco Santander fue un salto en el vacío que me ayudó mucho para mi estancia en Washington DC como Director de RRHH en el BID.
¿Cambiamos o nos cambian?
La experiencia te ayuda a ver las cosas con más perspectiva, a mí el trabajar fuera de España tantos años y en un entorno multicultural me ha hecho más tolerante y flexible, aunque en esencia creo que sigo siendo el mismo
Las oportunidades, ¿llegan o se buscan?
Es una combinación de ambas, por un lado recoges lo que siembras, las oportunidades llegan, pero para aprovecharlas hay que estar preparado y contar con el equipaje para subirse al tren. Sin duda la suerte existe, pero hay que ayudarla un poco.
¿Alternador o transformador?
Sin duda transformador, donde he llegado siempre he intentado transformar el entorno para mejorarlo. De hecho mi paso de la consultoría a la empresa y después al sector público han venido gracias a mi experiencia como gestor del cambio.
¿Conformista o inconformista?
Absolutamente inconformista. Si algo no funciona, no me puedo quedar quieto, tengo que cambiarlo y siempre me parece que todo es susceptible de mejora.
En qué marco te sientes mejor
En ninguno, no me gustan los marcos y tengo cierta tendencia a sacar los pies del tiesto.
La experiencia, ¿es un grado o está degradada?
La experiencia es fundamental, solo se aprende en la realidad experimentando las soluciones. El cerebro procesa datos y los datos se los da la experiencia, la intuición no existe como tal, es tu cerebro procesando datos que ni tú mismo sabes que tienes. También es cierto que a veces el exceso de experiencia acumula mucha información negativa que frena la innovación, por eso hay que estar abierto al cambio y prohibir decir “eso ya lo intentamos y no funcionó”, que utilizan los inútiles, “no les funcionó a ellos”.
¿Qué marcos que se nos están quedando pequeños?
Todos los marcos por principio son limitativos.
¿Como ves el marco social?
No lo veo.
¿Cuáles son tus 3 valores más profundos?
La honestidad, la sensatez y el pragmatismo. Y, por supuesto, el sentido del humor.
¿Qué es lo que más valoras en las personas?
Que sean auténticas, honestas y leales, en definitiva buenas personas.
¿Hay que tener valor o echarle valor?
Yo pienso que en general hay que ser prudente, pero cuando te metes en algo te metes y que salga el sol por Antequera.
¿En qué momento de tu vida le echaste más valor?
Quizás el irme a trabajar a Washington con 46 años y sin dominar el inglés podría considerarse echarle valor.
Un proyecto o un sueño por realizar
Me hubiera gustado tener un hijo, pero ya no lo veo realizable
Si tuvieses que escribir otro libro, ¿en qué marco lo situarías?
Si escribiera otro libro, creo que estaría dirigido a romper los principios de management y liderazgo generalmente aceptados y que en mi modesta opinión son tópicos bastante inservibles.
Un lugar para vivir
Madrid es un sitio maravilloso, manejable, amable. Al menos a mí me encanta.
¿A qué renunciarías para sentirte más libre?
Para ser libre renunciaría a casi todo, pero afortunadamente puedo decir que en este momento soy todo lo libre que se puede ser.
Tu futuro perfecto
No hay un futuro que sea perfecto, porque al ser futuro es incierto, pero si tienes salud, dinero y amor, como dice el dicho popular, es casi perfecto.