JUAN CARLOS HERGUETA
Escalador de picos y caminante por valles
Juan Carlos es un amante de la naturaleza y del deporte en todas sus facetas. Tan pronto lo vemos colgado de una pared de vértigo como pedaleando por bosques y descampados. Una de sus aficiones personales, el alpinismo, tiene que ver mucho con su faceta profesional en la gestión patrimonial y de inversiones, en la que los gráficos de las subidas y bajadas de los valores bursátiles podrían ser el reflejo del de las rutas en bicicleta o las subidas a las cimas de montañas con las que a menudo nos sorprende.
Asume los riesgos porque forman parte de su vida y los aborda con seguridad, siendo consciente de que siempre hay factores que escapan a la voluntad y hay que afrontar situaciones imprevistas poniendo en juego todo el conocimiento y experiencia para superarlas.
Sabedor de que tan pronto se está en la cima como en plena bajada, uno de sus grandes valores es gestionar estos picos y valles por los que nos lleva la vida.
Nos une nuestra pasión por los Picos de Europa, su gran sentido del humor que ayuda a desdramatizar los momentos delicados y sobre todo su ecuanimidad en las relaciones humanas. Sin olvidar la excursión pendiente al macizo de Ubiña.
Tus mejores recuerdos de infancia son…
La pesca del cangrejo en el río Arlanza, aquel viaje de camping con mi madre y mis hermanas a Portugal y Galicia, la mesa de estudio compartida con mi hermano oyendo a Gomaespuma…
En el instituto… ¿destacabas en algo especial o pasabas desapercibido?
Brillaba en lo que me interesaba, el club de montaña y la biblioteca me abrieron los ojos a la exploración y la naturaleza, a las expediciones de Shackleton y las escaladas de Hernan Bull, Rehinold Messner y Walter Bonatti. Hice grandes amigos y tantas aventuras, un viaje iniciático en el bachillerato y la montaña donde aprendí que la velocidad del equipo no es la del más rápido sino la del más lento, que a nadie se le deja atrás, que con paciencia se llega lejos, y la satisfacción de seguir compartiendo hoy el esquí de travesía y el alpinismo con amigos a los que sigo admirando por su fuerza personal y sentido del humor, una gran semilla de curiosidad en la mejor compañía es lo mejor que me dio el colegio.
¿Cómo viviste tu paso por la Universidad?
Estudié Derecho en los años duros de la protesta, luego las reconversiones industriales y un mundo de conflicto que para finales de los ochenta catalizaba en una etapa única de estímulo y colaboración que trajo progreso y grandes oportunidades. Desde segundo curso trabajé en el despacho de mi padre donde aprendí el oficio de abogado, el rigor y la atención al detalle, entendí que equidad y justicia no necesariamente van de la mano y que las relaciones humanas siempre dejan espacio para el entendimiento y el acuerdo.
¿De qué te viene esa afición por el deporte?
De los amigos y del servicio militar en la Brigada de Alta Montaña en Jaca, la felicidad en la vida muchas veces está en volver a donde fuiste feliz en la adolescencia, en mi caso siempre en movimiento y al aire libre.
¿Has tenido momentos difíciles/arriesgados practicando el alpinismo?
Momentos difíciles cuando sabes que alguien ya no está, grandísimo dolor la pérdida de dos amigos en la norte del Dru o socorrer a un accidentado en Gredos y no poder hacer nada por su vida. La pasión y la falta de experiencia a veces combinan mal pero te ayudan a conocerte, a entender dónde están tus límites, a fijarte más en lo que no controlas que en lo que disfrutas.
¿Dónde se corren más riesgos, en la montaña o en la bolsa?
Perder la vida o arruinarse no son riesgos comparables, pero las inversiones financieras también traen riesgos que hay que manejar, eventos imprevistos, previsiones fallidas, información que no se conocía, también oportunidad claro.
En el alpinismo se corren más riegos en la bajada que en la subida. ¿Y en la bolsa?
El riesgo grande está en la bajada, el cuerpo está cansado y los reflejos bajos, en la bolsa ocurre lo contrario: en la subida la tendencia es tu amiga y cada día al alza genera nueva satisfacción, el riesgo está en enamorarte de tu idea de inversión y no saber leer a tiempo lo que viene en tu contra, sentido de alerta y disciplina son cualidades innatas del buen gestor.
Cuando se analiza la evolución de los valores, ¿hay una relación entre gráficos y electrocardiogramas?
Para nada, en el electrocardiograma la sincronía es perfecta, es un producto de la naturaleza bastante predecible, en la bolsa los periodos de coherencia e incoherencia se suceden de forma mucho menos clara, en la formación de precios se conjugan criterios financieros, estadísticos, matemáticos, pero vienen acompañados de todas las virtudes y defectos del ser humano: la inteligencia, el miedo, la codicia… una mezcla compleja donde la incertidumbre es reina, además de los gráficos, el rigor de análisis y la flexibilidad para cambiar de criterio son importantes.
En el alpinismo como en la bolsa, ¿qué puede más, la razón o la emoción?
Razón y emoción pesan a partes iguales y según qué momentos, te puedo decir eso y lo contrario, la experiencia y la intuición también juegan un papel importante.
¿Qué se siente cuando se alcanza una cima?
Los alpinistas dicen que se siente poco porque ya toca bajar. Es por falsa humildad, es muy bella la sensación de estar donde quieres estar, es verdad que el momento es pequeño comparado con la preparación del viaje, las dificultades y los recuerdos, la cima tiene su momento pero son mucho más valiosos los compartidos con quien te acompaña.
¿Y cuando hay que dar media vuelta sin alcanzarla?
Las montañas están ahí y no se marchan, siempre es mejor decisión dar la vuelta y poder volver que exceder los riesgos sin una segunda oportunidad.
En el alpinismo como en la vida, ¿puede ser fatal una ambición desmesurada?
El exceso en la montaña se puede pagar muy caro, en la vida en cambio la ambición ha sido fuente de innovación y de grandes progresos, a menudo viene envuelta en el deseo de aprender más, de ir más allá, de buscar nuevas soluciones, la desmesura también puede ser mala claro, pero en general la ambición es un atributo noble de empresarios y profesionales que nos hacen avanzar.
Cuando vemos a personas practicando el senderismo en alta montaña sin tener las condiciones físicas ni el material necesario, ¿cómo se traslada esto al mundo financiero?
Los reguladores cada vez exigen mayor aprendizaje a quienes operan en el mercado financiero, es muy bueno para la mejora del sector y para clientes y consumidores.
En la escalada y la bolsa, ¿en ambas se libera adrenalina?
La escalada en los documentales parece cargada de adrenalina, en realidad es una grandísima experiencia zen donde cuerpo y mente están concentrados con la mayor atención y control. Finalmente se generan grandes dosis de endorfina, el reseteo mental es enorme y por eso es tan gratificante, los mercados financieros más que liberar adrenalina acumulan estrés y cortisol, y muestran la importancia de conocerse a uno mismo, de tener un buen método de trabajo y de relajación.
En la vida nos educan para ganar, pero… ¿cómo se aprende a perder?
Se puede aprender mucho de los deportistas. Cuando Nadal pierde un punto o un set su cabeza pasa página rápido, lo importante es este golpe y el siguiente, el pasado ya fue y nada se puede hacer. Perder en la vida requiere la misma actitud, por eso la importancia de aprender a perder en el juego y en el deporte, ensayos no destructivos altamente valiosos, ayudar a un niño para privarle del error es privarle del derecho a aprender, hacer crecer la autoestima es lo mejor.
Muchas personas han fallecido en los últimos 100 metros de una ascensión a algún ocho mil. ¿Cuántos inversores se han arruinado porque no han sabido renunciar a alcanzar las máximas ganancias?
Ahí coinciden la montaña y la bolsa. Cuanto más altos estamos más importantes los sentidos de alerta y capacidad de juicio, saber poner a un lado el ego y la ambición, atenerse a una disciplina, los mejores alpinistas llevan hora límite para dar la vuelta sin cumbre, los mejores gestores de inversiones ponen sus puntos de entrada y salida por anticipado, a veces también se equivocan, pero no conozco ninguno que con una disciplina clara se haya arruinado.
Walter Bonatti o Maurice Herzog son referencias del alpinismo e himalayismo en su estado más puro. ¿Cuáles serían las referencias en la gestión de inversiones?
Estos alpinistas son referencia porque en su momento fueron atrevidos, iconoclastas, innovadores que combinaron a parte iguales momentos brillantes con una vida de dedicación, en economía el momento brillante tiene menos valor si no tiene duración en el tiempo, se confunde con la suerte, es la persistencia de resultados lo que marca la diferencia y también aquí hay grandes nombres: James Simons de Renaissance Technologies, Israel Englander de Milennium… genios que con sus equipos quizá no hayan tenido tantos momentos espectaculares pero han sabido controlar los riesgos, leer los mercados y ser los mejores durante décadas, en Europa también contamos con grandes gestores de inversiones comoAngel Sánz, Pierre Mouton, Caron Bastianpillai o Cédric Dingens.
Un libro que te haya ayudado
Alchemy of Finance y La teoría de la reflexividad de Soros me ayudaron a comprender que más importante que tu valoración es entender el criterio y la intencionalidad que se forma en la cabeza del resto de quienes participan en los mercados financieros, también El Poder del Ahora me ayudo a sobrepasar un momento que no era sencillo.
Un personaje que te haya marcado
El Duque de los Abruzzos. Pocos saben que Luis Amadeo de Saboya nació en Madrid y es uno de los grandes del Siglo XX, alpinista, geógrafo, príncipe y explorador, primeras al Ruwenzori y al Mount Saint Elias, primer asalto al K2. Se rodeó de los mejores y prefirió el Ártico, Somalia o Pakistán a la vida de palacio.
Una ciudad que te haya encantado
Madrid es todo para mí. Soy burgalés pero acogido madrileño como tantos, esta ciudad es pequeña, es grande, es dura, es bella, los madrileños son felinos apasionados, con una ironía fina, siempre deseando gustar y superarse, a la oficina cruzo en bici la Casa de Campo, el Madrid de los Austrias y el paseo de la Castellana, no puedo tener más suerte con la ciudad que me ha tocado.
Un reto pendiente
Siempre hay un reto por delante, he escrito un libro, he plantado un árbol y he dado la mejor educación a mis hijos, herencia que muy temprano me están devolviendo y mejorada porque si han sido buenos estudiantes son todavía mejores personas. Mi reto es seguir disfrutando muchos años con mi familia, con mis colegas, la confianza de mis clientes y mis amigos, y pendiente, pendiente, subir a Peña Ubiña con mi querido Juanjo Pol.
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