CARMEN VALDÉS

"Yo siempre he sido de emprender para después aprender sobre la marcha."
Carmen Valdés

CARMEN VALDÉS

Hay personas que siempre llevarán la voz cantante. Como Carmen Valdés.

 

Nos conocimos siendo la directora de Recursos Humanos en Wolters Kluwer España y ahora es directora de Recursos Humanos para Europa de la División Tax&Accounting de Wolters Kluwer. Desde el inicio fue una colaboración en excelente armonía, sintonizando en todos los aspectos, desde lo profesional a lo personal. 

Lo que más aprecio de Carmen es que ella hace realidad esa frase tan manida de “persigue tu sueño”, aunque yo creo que los sueños la persiguen a ella. En el fondo es como un atrapasueños con el que alimenta su propia ilusión y la de todas las personas que están a su alrededor. Una persona que siempre llevará la voz cantante y que siempre nos gustará escuchar allá donde vaya.

Si queréis conocer su faceta más profesional aquí la encontraréis.

Y, si lo que os motiva es la personal, solo tenéis que seguir leyendo y descubrir y disfrutar de su enorme talento.

Tus mejores recuerdos del colegio 

Casi todo. He sido y soy una niña feliz.

¿Y los peores?

No los recuerdo.

Algún profesor o profesora que recuerdes con cariño

Me considero afortunada por los muchos y buenos. Destaca entre todos Doña Josefina Arregui, mi maestra de canto, que supo escuchar mi voz. Creo mucho en los maestros: en la escuela, en la música y en la vida.

Se aprende o se emprende

Yo siempre he sido de emprender para después aprender sobre la marcha. Las mejores decisiones de mi vida las he tomado con algunos datos, poca vergüenza y bastante riesgo. 

En la carrera juerguista o huelguista

Todo en su justa medida: hubo muchas tardes en la cafetería de la Facultad arreglando el mundo, pero también fui representante estudiantil en el claustro de la Universidad de Oviedo. Cuando llegué al MBA del IESE, ya era señora respetable y mi hija Inés acababa de nacer, así que no hice más que estudiar.

Tu primer trabajo

Una beca de doctorado de la que me echaron sin explicaciones ni contemplaciones. Mi más sincero agradecimiento por la patada porque, ¡ahí empezó todo!

Un jefe 

Dos señores de Amberes: van Looy y van Engelen (y no es un chiste). El primero me propuso empezar mi carrera en esto hace 20 años, tras verme negociar fondos europeos en una reunión. Dejé mi plaza de funcionaria de carrera convocada en el BOE, cambié de ciudad y de oficio y le seguí por toda Europa. Me enseñó casi todo. Al segundo haré referencia más adelante.

Disco o canción que más te ha emocionado 

Una Bohème que escuchamos mi hijo Santi y yo, viendo amanecer desde la ventana del hospital, cuando acababa de nacer.

Beatles o Rolling

¡Rolling!

Libros que te hayan marcado 

La lista sería larga, pero voy a escoger tres: “La Regenta”, de Leopoldo Alas “Clarín; “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez y “Doble esplendor”, de Constancia de la Mora.

Cine o series 

Cine en pantalla grande, a oscuras y con palomitas.

Un maridaje musical (además de tu matrimonio)

Maridé con un guitarrista de rock. Me costó encontrarle, pero llevamos 15 años casi sin desafinar. Él pone la medida como buen ingeniero, aunque a veces se arranca con alguna versión cañera de Haendel.

Tu ópera prima

El Stabat Mater de Pergolesi. 

Un escenario profesional 

Se abre el telón y aparece el segundo señor de Amberes. Cuando me preguntan por mi actual jefe siempre digo que me alquiló un teatro para que cantara, ¡a ver quién mejora eso! Fue en el año 2017 en el Teatro Nacional de Croacia. Canté para un centenar de directivos de Wolters Kluwer acompañada al piano por el maestro Bagatin, director de orquesta y CTO en su tiempo libre. Ensayamos una tarde en Madrid en secreto, volamos a Dubrovnik y triunfamos. Algunos lloraron.

Una ópera para empezar a amar la ópera 

Yo siempre recomiendo L’Elisir d’amore, de Donizetti. Si no funciona, aconsejo probar con el reaggeton.

Una VOZ portentosa 

Callas. Y punto.

Una VOZ estruendosa 

De política no hablo, gracias.

Un paisaje

La Ría de Ribadeo una tarde de verano, con buen viento y las montañas de Los Oscos en el horizonte. Me fui de Madrid por morriña del mar y el verde, aunque me cueste unas decenas más de aviones al año.

Una ciudad 

La ciudad eterna, Roma.

Un cuadro 

El Guernica de Picasso (tan lejos y tan cerca).

Futuro perfecto o imperfecto

Lo imagino imperfectamente perfecto.

Tu proyecto más personal

El Cielo (con mayúscula).

Una despedida 

Aunque soy humilde contralto, digo como Violeta Valéry: “Addio del passato”