Los medios y los miedos de comunicación
Nunca tuvimos tantos medios y canales de comunicación a nuestro alcance, y con cierta frecuencia vemos cómo surgen otros nuevos que pretenden completar, cuando no ocupar, el espacio de los anteriores.
Facebook, twitter, Instagram, Telegram… aplicaciones y plataformas compiten por poner a nuestra disposición los medios de comunicación para cualquier segmento de población, clase social posible e inimaginable.
Los códigos y lenguajes propios a cada uno de estos segmentos, en función de quién los utiliza o a quién van dirigidos, hacen que nos vayamos decantando por los más apropiados a nuestros gustos/necesidades de comunicar y a adaptarnos a lo que juntos vamos generando o modelando.
Y de los medios pasamos a los miedos. A tenerlos o a perderlos. A no llegar o a pasarse tres pueblos. Es como si aún no controlásemos lo que podemos decir o lo que se espera que digamos.
Esta abundancia de medios provoca una ausencia de miedos, debido, entre otros factores, a la inmediatez a la que estamos acostumbrados a emitir y a recibir los mensajes que con frecuencia salen disparados sin la menor reflexión, en un acto puro de reflejos de acción/reacción.
Utilizamos todos los medios casi como quien caza moscas a cañonazos, tenemos que estar omnipresentes en todos los medios y, si es posible, sin miedo, sin filtros, asumiendo que siempre es mejor comunicar que callarse, decir algo que no decir nada, porque quien calla, o es que tiene miedo o no tiene opinión.
Y el miedo, bien entendido como medida de precaución, es más necesario que nunca, para evitar los excesos en las formas y también en el fondo de lo que queremos comunicar y/o transmitir, sin que por ello nos atenace y nos paralice.
En comunicación interna NO debemos tener miedo a la hora de comunicar, incluso en momentos difíciles como los que estamos viviendo, porque el NO comunicar por miedo a cómo puedan ser percibidos los mensajes puede generar incertidumbre y miedos que paralicen la organización.
Debemos ser capaces de canalizar los mensajes por los medios adecuados y vencer nuestros propios miedos para asumir los compromisos y responsabilidades hacia las personas, hacia las organizaciones.