LA COMUNICACIÓN FAVORECE LA CONEXIÓN ENTRE LAS PERSONAS… O NO
Vivimos en estos tiempos en los que la desconexión digital te ofrece la posibilidad de conectar con programas de entretenimiento. Suelo ver algún capítulo de uno de ellos (que seguro que muchas personas conocen) First Dates, por la variedad de personas y personajes que acuden al programa y que nos dan una idea de la pluralidad y diversidad de nuestra sociedad. Guionizado o no, el formato resulta atractivo dentro de tanto reality show.
Este encuentro entre dos personas, que más bien sería un desencuentro, además de la gracia que tiene, refleja bien la (in)comunicación entre personas, cuando emisor y receptor no establecen la misma longitud de onda y comunican sin tratar de entender o de replantear las bases de la comunicación, hablando cada uno de su libro y pensando que el error de interpretación es del otro, que no entiende lo que yo bien le comunico.
Hay un dicho que dice que no hay una segunda oportunidad de causar una buena primera impresión y esto podría trasladarse también a la comunicación en general y a la interna en particular.
En muchos casos, tenemos tendencia a comunicar lo que pensamos que se debe comunicar, con la certeza de que las personas ya saben de qué estamos hablando y del contexto en el que lo estamos haciendo, lo cual suele dar errores interpretativos por falta o desconocimiento de datos o elementos de referencia.
Esto suele pasar cuando, en un plan de comunicación establecido, se dan por sentadas ciertas premisas que a priori todas las personas de la organización conocen o deberían conocer, como los valores, las competencias, el entorno, la transformación… aspectos esenciales sobre los que se basaría dicho plan y que no pensamos que por conocido o anteriormente comunicado, no valga ya la pena recordar, detenerse o aclarar.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de comunicar es la disposición del receptor a no entender o a no querer entender aquello que, o bien no le produce mayor interés o que inconscientemente rechaza, generando una actitud de indiferencia o falta de motivación, haciendo oídos sordos a todo lo que le llega, por más que pueda ser beneficioso para su trabajo, su carrera, su relación con el entorno y los demás.
Quizás sea necesario, por evidente que parezca en comunicación, empezar por el principio, o los principios, de manera sencilla y clara, generando confianza, empatía y sobre todo teniendo curiosidad y respeto por la opinión del otro.
<<Soy español, nací en Cartagena, una ciudad costera que está situada en la comunidad murciana. ¿Y tú?…>>
Empecemos a comunicar, a conocernos mejor, a ponernos en el lugar del otro (no me gusta la expresión de ponerse en los zapatos del otro cuando ya tenemos la nuestra que es más completa) a establecer las bases claras, sin andar con rodeos o atajos innecesarios, con honestidad y sinceridad, porque así podremos llegar más lejos en el entendimiento y en el compromiso.
