Agua moviéndose

COMUNICACIÓN LÍQUIDA VS COMUNICACIÓN FLUIDA. ¿SABES DE LO QUE HABLAMOS?

Teniendo en cuenta que somos seres comunicantes y que la comunicación es una necesidad vital para expresar nuestras razones y emociones, conviene tener en cuenta que hay maneras de comunicar que a primera vista o, mejor dicho, que según las escuchamos podrían parecerse y nada más lejos de la realidad.

A nivel personal, en nuestro entorno familiar y afectivo, solemos tener claros los códigos y las claves de la comunicación, pero en el ámbito profesional estos no son siempre tan evidentes.

Formamos parte de un equipo, pero trabajar y hacerlo de manera eficaz es uno de los retos a los que nos enfrentamos diariamente y el poder lograr que todos los miembros sean capaces de mantener una comunicación fluida o líquida es uno de ellos, pero … ¿Sabrías cuál es la diferencia?

Para hablar de la comunicación actual, debemos comprender términos como “modernidad líquida”, un término que ya definió el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, en la década de los 90, y que nos explicaba que todo es susceptible de adoptar el molde político o social que lo contiene, en vez de mantener unos valores sólidos. Extrapolándolo al sector empresarial, hace referencia a la adaptación al cambio que este sector debe acometer en los próximos años. 

En un mundo en el que nada es permanente, ni fijo, todos los sectores han visto como esta realidad se ha ido incorporando al trabajo diario de las compañías, siendo las nuevas tecnologías la pieza clave para que la comunicación líquida cobre más fuerza que nunca. La comunicación liquida se caracteriza por su inmediatez, por su alta capacidad de ser versátil, flexible y multidireccional al tener innumerables canales de difusión y formatos. Muchas veces recibimos datos que pasan de largo por nuestras pantallas u oídos, precisamente por la saturación que tenemos de noticias. Todo esto, puede llegar a generar incertidumbre ya que, pese a ser conscientes de la sobreinformación que vivimos, estamos impregnados de informaciones y desinformaciones por exceso de las mismas. Este cúmulo puede generar un estado de ansiedad y confusión altos, viéndose incrementado por según que circunstancias como, por ejemplo, la pandemia.

Por otro lado, la comunicación fluida se establece, únicamente, cuando existe un esfuerzo a propósito para escuchar. Esto nos creemos que sucede cuando una persona quiere perfeccionar su comunicación y pone especial empeño en mejorar su lenguaje y expresión, pero se nos olvida que lo principal para que se de una comunicación fluida es perfeccionar y adquirir habilidades para saber escuchar.

Para llevar a cabo una comunicación fluida eficaz, se debe conocer al equipo de trabajo, mantener reuniones regularmente en las que se comunique lo más importante al principio, simplificando el lenguaje utilizado para que el mensaje llegue con claridad y sea más fácil de procesar. 

Las empresas han sido capaces de que su actividad se desarrolle en una nueva realidad, donde las redes sociales y la digitalización han transformado los antiguos modelos comunicativos, con áreas independientes, en una gran comunidad virtual. Es aquí donde el empleado ha alcanzado un conocimiento y un grado de compromiso y protagonismo casi impensable hace tan solo unos años y esto, en parte, ha sido gracias al proceso de escucha activa interna que han realizado las compañías.

Es importante saber diferenciar comunicación líquida de comunicación fluida. Vivimos en una sociedad en la que predomina la comunicación líquida, corriendo el riesgo de que, como su propio nombre indica, la información que recibimos termine resbalándose sin llegar a calar, por lo tanto, ¿qué tal si nos paramos a pensar o, mejor dicho, si nos paramos a escuchar para que la comunicación fluya con mayor transparencia, eficacia y naturalidad?