ERTE

Del comprometERTE al comprometerme

La delicada situación sanitaria provocada por el Covid-19 está acarreando consecuencias económicas alarmantes, que se traducen en escenarios y previsiones realizadas por todo tipo de expertos, pero que son solo eso, ya que solo la evolución de la pandemia y las medidas económicas del Gobierno y/o de la Comunidad Europea que se van tomando y negociando permitirán conocer el alcance real de la situación.

Lo que sí hemos podido observar es que debido a esta situación son muchas las empresas de todos los tamaños y de todos los sectores que se han visto abocadas a realizar un ERTE para paliar el coste empresarial debido a la paralización de su actividad.

Y es que en la cuarentena, además del aislamiento social obligatorio que todas las personas debemos seguir, se produce el aislamiento del empleado/trabajador que forma parte de ese colectivo afectado por el ERTE con su empresa, profundizando aún más en la brecha digital entre los empleados de una misma empresa que en muchos casos pueden seguir confinados pero teletrabajando, y los que tienen que quedarse en sus casas sin poder trabajar a la espera de que la situación mejore.

Este parón económico y empresarial, además de afectar a la cuenta de resultados y en muchos casos a la supervivencia de las empresas, se traduce también por un parón en el compromiso de los empleados con la empresa, que tanto ha costado fomentar y mantener.

En este sentido, la comunicación interna, que hasta ahora venía siendo un factor de cohesión y motivación, contribuyendo a una potente imagen de empleador y generando y reforzando el compromiso, va ser más necesaria que nunca. 

La situación sanitaria irá mejorando, y es lo que todos estamos esperando. A medida que esto suceda, irán mejorando también las actividades empresariales y laborales, pero cuando se dice que nada será ya como antes, soy de los que piensa que en algunas cosas sí en otras muchas no. Y una de ellas es la necesidad de volver a generar ese compromiso para salir de esta situación, en la que los motivos de su origen no fueron exclusivamente económicos como en otras situaciones anteriores.

Este compromiso solo se podrá volver a generar con la participación de todos para poder sentar las bases y en la que todos los agentes, desde el Estado de la nación, con ayudas y subvenciones, los agentes financieros y bancarios, facilitando créditos y asegurando la sostenibilidad del sistema, las empresas, creando procesos y políticas innovadoras adecuadas a la situación excepcional, los empleados, siendo flexibles y sabiendo adaptarse a los profundos cambios que con toda certeza se producirán, hasta los agentes sociales que, como las organizaciones sindicales, deberán buscar fórmulas con una mirada puesta en el futuro, para llegar a acuerdos en esta importante fase de transición.